¿Por qué se cae la cara?

¿Cuáles son las causas de la flacidez?

La genética

Aunque existe un envejecimiento exógeno producido por los factores ambientales que pueden deteriorar la piel antes de tiempo, hay uno endógeno diseñado geneticamente contra el que es difícil luchar.

La alimentación

Carencias alimenticias, especialmente de vitaminas u oligo-elementos, pueden provocar una disfunción en la organización celular. Los regímenes yo-yo producen en la piel una disminución de su elasticidad y firmeza.

Las hormonas

Las modificaciones cutáneas se acentúan con la menopausia provocando en la mujer una alteración en el tejido de sostén mucho más importante que en los hombres a la misma edad.

La disminución del nivel de estrógenos que se produce en el cuerpo femenino a partir de los treinta años causa una acumulación de azúcar en la piel, que se enlaza y enreda con el colágeno. Las fibras de colágeno, que al principio son largas y suaves, se enroscan, pierden flexibilidad y dejan de cumplir como soporte.

El sistema de defensa

La exposición a las radiaciones ultravioletas y a factores medioambientales como la contaminación, provocan una reacción defensiva en la piel, que a la larga puede ser responsable de su envejecimiento prematuro. Las enzimas que la epidermis genera para defenderse de los radicales libres pueden atacar y destruir la propia elastina de la piel.

La renovación celular

Con los años la piel pierde energía para renovar sus células al mismo ritmo. Este proceso compromete todas sus funciones. Entre otras, la de los fibroblastos, células de la dermis, que poco a poco dejan de fabricar colágeno y elastina. Estas proteínas que forman el colchón de la piel y son las responsables del estiramiento y recuperación, pierden sus facultades elásticas; se enredan, distienden y desorganizan. La pérdida de tensión interna provoca con el tiempo el aflojamiento de los tejidos, la pérdida de densidad de la epidermis y el hundimiento de los rasgos.

El tejido graso

En la hipodermis se atrofian los tejidos conjuntivos y las células grasas disminuyen. La acción de la gravedad conspira contra la epidermis, que al volverse más fina y menos elástica, deja de ejercer como soporte de los tejidos grasos.

Los huesos

Las partes blandas de la cara merman, pero los cartílagos y las zonas óseas no. Por eso, con los años parece que crecen las facciones; las órbitas están hundidas, la mandíbula y la nariz se pronuncian, los labios empequeñecen…

La unión dermo-epidérmica

Cuando la piel es jóven, presenta una unión perfecta entre la dermis y la epidermis, una cohesión que con el tiempo se deteriora impidiendo los intercambios entre ellas, puntualizan desde el centro de estética Cocoon, especialista en tratamientos faciales como el botox.

Y por supuesto… el sol

El fotoenvecimiento se nota a corto plazo en la superficie por la deshidratación, marchitamiento, manchas y finas líneas de expresión que producen los UVB. Las radiaciones UVA actúan en profundidad alterando las fibras de sostén, cuyo efecto se nota a largo plazo por la falta de densidad y firmeza.