La síntesis de colágeno y elastina, las proteínas responsables de la calidad, elasticidad y firmeza de la piel, disminuye con la edad. La piel comienza a perder su tono, comienza a flaquear y a verse más delgada, y los contornos de la cara se vuelven más pesados. Las causas son la herencia, la exposición al sol sin protección, el tabaquismo, un estilo de vida deficiente y, muy probablemente, la contaminación del aire. Por lo tanto, es prácticamente imposible eludirla por completo.
Muchas tecnologías están ahora en el mercado para ayudar a estimular la formación de colágeno. Muchos de estos dispositivos utilizan una fuente de energía especial para calentar el tejido, la radiofrecuencia. Este calentamiento estimula a los fibroblastos de la piel a producir más colágeno, lo que resulta en una piel más compacta y firme. Este proceso no es inmediato y la mayoría de estas tecnologías requieren varias sesiones de tratamiento en la clínica estética y varias semanas para ver los cambios.
La laxitud de la piel a menudo se asocia con el adelgazamiento de las capas de grasa que se encuentran debajo de la piel. Los rellenos faciales se pueden utilizar para restaurar los volúmenes faltantes y crear un efecto lifting. La gran mayoría de los productos de esta clase comúnmente utilizados están compuestos de ácido hialurónico. Este ácido es en realidad un azúcar complejo que se encuentra naturalmente en la piel para asegurar su hidratación.